Durante un baño sin espuma, noche del 23 de mayo de 2013
La vida es un suspiro, pero sólo
te das cuenta de ello cuando ya estás a punto de finalizarla.
Mientras, pasa el
tiempo, lo puedes emplear observando las formas de hombres primitivos que
arrojan las baldosas del cuarto de baño, o puedes llorar en una noche de verano
por un amor perdido. También hay ratos donde descubres soles gigantes, nubes
esponjosas o una luna sonriente sobre una noche llena de pecas luminosas.
La vida transcurre en un abrir y
cerrar de ojos, pero cuando te das cuenta de eso ya no te queda apenas tiempo
para abrir y cerrar los ojos. Estás prácticamente dejando este mundo y en ese
momento es cuando descubres que era cierto, que la vida era un suspiro.
Mientras, nos entretenemos con
pensamientos que nos lían, que nos hacen reír y otras veces entristecer. Y sólo
cuando descubres el pastel de la vida, la guinda, es cuando te preguntas por
qué.