En la playa, una tarde
A veces, cuando mi cuerpo yace
sobre la arena, pienso en erosionarme completamente, en desintegrarme, en
convertirme en fósiles que un niño del futuro encuentre.
A veces me lo puedo imaginar
todo, como el viento pasa por mi piel, gastándola, como el viento arrastra
arena que ayuda a desmenuzarme poco a poco. Me veo enterrada, veo como la capa
de piel que cubre mis huesos va haciéndose cada vez más y más fina. Al final,
no queda más que polvo, polvo orgánico, que se mezclará con conchas, caracolas,
semillas, dientes, y un escarabajo vendrá a por una parte de mí, y me tendrá entre
sus brazos por un momento.
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